RECORDANDO AL MAESTRO JUAN BOSCH: 114 AÑOS ENSEÑANDO AL PUEBLO DOMIINICANO

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Por: Eladio Espinal | El Maestro de Maestros y Gloria Nacional Juan Bosch y Gaviño, fue electo presidente de la República Dominicana el 20 de diciembre de 1962, acompañado del doctor Segundo Armando González Tamayo, y tomaron posesión de sus respectivos cargos el 27 de febrero de 1963, para el acto acudieron grandes figuras de la política internacional como el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Rómulo Betancourt y el vicepresidente de Estados Unidos de América, Lyndon Baines Johnson.

El 27 de febrero los congresistas posicionaron al primer gobierno democráticamente elegido en República Dominicana desde 1924 y que luego sería considerado por la historia dominicana de hoy, como paradigma de gobierno democrático y honesto a pesar del poco tiempo que permaneció en el poder.

En el discurso de toma de posesión el Maestro (Bosch) dejó claro las grandes líneas de la que sería su gobierno. Trató, como lo hizo al llegar a Santo Domingo el 20 de octubre de 1961, de apaciguar el miedo que había dejado en los dominicanos la recién finalizada dictadura de Trujillo; trató de dar confianza a sus compatriotas y advertirles que se respetaría la libertad individual de sus conciudadanos. Bosch quería un gobierno de unidad, un gobierno en que actuaran todos los sectores y partidos políticos de la sociedad dominicana. Pero su propuesta no fue bien recibida por los partidos opositores.

En su discurso dijo: “deseamos la paz política, y por eso ofrecimos puestos en el gobierno a cinco partidos. Cuatro se negaron a aceptar esos puestos, y como lo que se inicia hoy es una democracia autentica, todos debemos respetar la voluntad de esos partidos, son ellos: Unión Cívica Nacional, Partido Nacionalista Revolucionario, Vanguardia Revolucionaria y Alianza Social Demócrata”.

Los dirigentes de los cuatros partidos que rechazaron la oferta del nuevo presidente encabezaron, sietes meses después, la lista de irresponsables que firmaron el golpe de estado del 25 de septiembre de 1963.

Para el Maestro y Gloria Nacional Juan Bosch, lo importante era el futuro de la República. Había que construir un país nuevo, dijo: “No espere nadie el uso del odio mientras estemos gobernando. “Nosotros estamos aquí con la decisión de trabajar, no de odiar; dispuesto a crear no a destruir; a defender y amparar, no a perseguir”. Luego precisó que si a la criatura de Dios no le fue dada la facultad de rehacer su pasado, le fue dado en cambio la de forjar su porvenir. Bosch más adelantes agregó: “La obra buena de los muertos, como su obra mala, es propiedad de la historia; pero la obra buena del porvenir es el fruto de las buenas intenciones y de la capacidad para convertirla en hechos”.

El nuevo Gobierno no tuvo tiempo de alcanzar la velocidad crucero necesaria para poner en práctica lo que el presidente anunciaba en el discurso de toma de posesión.

El 25 de septiembre se hubiera evitado si el presidente actuaba como Trujillo, pero un gobierno democrático, decía Bosch el 16 de julio de 1963, no puede ser democrático para unos y dictadura para otros, así como una dictadura no puede ser tiranía para unos y democracia para otros. Si Trujillo hubiese permitido libertades a un sector de los dominicanos, su tiranía no hubiera durado; si la democracia establece una dictadura para un sector dominicano, los otros, los que quedaron en libertad, serán los primeros en acusar al gobierno democrático de ser una tiranía.

Ese discurso no fue escuchado por los políticos que rechazaron su llamado a colaborar en su gobierno. Después de lo sucedido en septiembre de 1963, Bosch hace una honda reflexión sobre la importancia de tener líderes con capacidad de entender lo que implica el servicio de la política y ser consecuentes con los valores que se dicen defender y las acciones prácticas que se ejecutan.