Tribunal de cuentas

Por: Pablo del Rosario | Las entidades auditables por la Cámara de Cuentas de la Republica, se clasifican en: 1) Gobierno Central
(Ministerios, Congreso Nacional, Junta Central Electoral, Direcciones Generales, etc.), 2) Instituciones
descentralizadas y autónomas, 3) Instituciones Municipales (Ayuntamientos, Distritos y Direcciones
Municipales), y 4) Organizaciones no Gubernamentales ONG, que reciben fondos públicos.
En mi opinión el mandato consignado en la primera parte del artículo 248 de la Constitución
Dominicana, que establece: “La Cámara de Cuentas es el órganos superior externo de control fiscal de
los recursos públicos, de los procesos administrativos y del patrimonio del Estado”, se cumpliría con
mayor eficiencia y eficacia, si la Cámara de Cuentas de la Republica se transformara en Tribunal de
Cuentas.

Veamos: El Pleno estará integrado por un presidente y cuatro vicepresidentes, cuyas funciones entre
otras, serían las siguientes: el presidente coordinara la función administrativa del Tribunal, además,
deberá revisar y aprobar los informes de las auditorías realizadas en las cuatro áreas precitadas.
Cada vicepresidente será el responsable de la correcta ejecución del trabajo de auditoría,
correspondiente a la categoría que le haya tocado dirigir; de acuerdo con la clasificación consignada en
el primer párrafo de estas líneas.

Como se puede observar, la sencillez de este metodo aporta numerosas ventajas que redundan en
mejor desempeño del órgano fiscalizador, y en consecuencia, en beneficio para el país. En primer lugar,
reduce la posibilidad de conflictos entre los miembros del Pleno, toda vez que, sus áreas de acción son
independientes una de la otra, por lo que la responsabilidad es individual.
Además, se genera una competencia sana entre los incumbentes de cada área, debido a que, estos se
esforzarían por alcanzar los más altos niveles de eficacia, eficiencia, ética y economía en las auditorias
ejecutadas. Esto daría paso a reconocimientos y premiaciones a los integrantes de los equipos más
destacados por la excelencia en el trabajo realizado.

Me atrevo a asegurar que, si llevamos a cabo esta transformación en el órgano superior externo de
fiscalización y control. Los resultados no se harán esperar, y la credibilidad de la ciudadanía en los
informes, estudios e investigaciones especiales que emanen del mismo, se hará evidente de manera
inmediata. ¡¡¡Hagámosla pues!!!