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Martin Matos, secretario de Energía y Minas del PLD, recuerda los valiosos aportes de Punta Catalina al sistema eléctrico nacional
El secretario de Energía y Minas del Partido de la Liberación Dominicana, Martin Matos, aseguró que la central termoeléctrica Punta Catalina representa la energía del progreso, una obra que cambió para siempre la historia eléctrica del país y que hoy sigue siendo la columna vertebral de la estabilidad energética dominicana.
Matos dijo que, gracias a esa decisión, del presidente Danilo Medina, hoy el país cuenta con una planta que aporta cerca del 30% de toda la energía que se consume en la República Dominicana, asegurando luz constante en los hogares, en los comercios, las industrias y en las calles del país.
“Punta Catalina no solo produce energía estable, sino que también genera grandes beneficios económicos para el Estado. Cada año, la planta deja en promedio más de 250 millones de dólares en beneficios directos”, declaró el experto y dirigente político.
Agregó que deja ahorros superiores a 200 millones de dólares gracias a que produce energía más barata que la mayoría de las plantas privadas del Sistema, traduciéndose ese dinero en más recursos para educación, salud, infraestructura y programas sociales.
“Es importante que el pueblo se detenga a pensar: si hoy, con Punta Catalina en funcionamiento, todavía se registran apagones, ¿cómo estaría el país si esa planta no existiera?”, preguntó el también miembro del Comité Central del PLD.
Explicó que, sin Punta Catalina, la República Dominicana enfrentaría un déficit eléctrico de más de 700 megavatios, lo que significaría apagones prolongados y constantes en todo el territorio nacional.
“Las familias verían afectadas sus actividades cotidianas, los comercios tendrían que cerrar más temprano y las industrias reducirían su producción. Con Punta Catalina, el Estado dominicano tiene control sobre una parte fundamental de la generación eléctrica nacional”, expuso Matos.
Afirmó que Punta Catalina garantiza que la luz llegue a los hogares dominicanos a un costo más bajo para las distribuidoras, reduciendo la presión del presupuesto público y las tarifas al consumidor.
