La crisis política Francesa

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Por: Luis Fernández | Francia entró en un período de inestabilidad
política y crisis, sin precedentes, desde la
creación de la quinta república instaurada
por Charles de Gaulle, en 1958 cuando la
Asamblea Nacional lo nombró Premier con
la autoridad para crear una nueva
constitución la cual fue aprobada con el 83
por ciento de los votos de la población,
siendo elegido en ese año Presidente de la
5ta. República.

La crisis política de Francia se ha agudizado
a partir de las elecciones legislativas francesas convocadas por el
presidente Emmanuel Macron en junio de 2024, que produjeron un
parlamento dividido en tres bloques, la Izquierda (Nuevo Frente
Popular) 180 de 577 escaños, La Alianza Centrista (Ensemble) del
presidente Macron 159 y la ultraderechista Rassemblement National
142.

Este resultado donde ningún bloque tiene mayoría absoluta y que por
tanto ninguno puede formar gobierno, ha conducido a Francia a un
complejo proceso, que está atravesando por inestabilidad
gubernamental, bloqueos parlamentarios, protestas masivas, presión
financiera, con graves problemas fiscales, instituciones en tensión y
una sociedad que exige participación real.

En los últimos dos años bajo el gobierno del presidente Macron en
este su segundo periodo, Francia ha tenido 4 primeros ministros, que
no han tenido el respaldo suficiente del parlamento, el ultimo
François Bayrou, perdió una moción de confianza de la Asamblea
Nacional, lo que puso fin a sus 9 meses en el cargo, profundizando
más la crisis política de este país Europeo.

Esta situación de crisis política ha trascendido el ámbito
parlamentario y se refleja con fuerza en la economía de esa nación, la
deuda pública es el 113% del PIB, con déficit por encima del 5%,
asimismo una de las agencias más importantes de clasificación
crediticia (FITCH) clasifico a Francia con su nivel más bajo en la
historia reciente, mientras el crecimiento económico previsto para el
2025 es de apenas 0,7%.

La crisis, el bloqueo político e institucional y un deterioro estructural
donde crece la desigualdad, han disparado el riesgo del país y los
mercados y los economistas comienzan a preocuparse y advierten de

que una parálisis institucional sostenida podría socavar el crecimiento y
complicar los esfuerzos por estabilizar las finanzas públicas, en
momentos de creciente presion fiscal y sensación de insatisfacción de la
población.

Francia vive una crisis multidimensional, que va más allá de lo
meramente político, la debilidad de su sistema parlamentario
profundamente dividido, la explosión del gasto público y la tormenta
social, han colocado al país en situaciones muy difíciles, que están
alimentando la incertidumbre económica, que podría paralizar
reformas necesarias y mantener elevados los déficits.

Las tensiones sociales y las crecientes protestas masivas en las
principales ciudades del país, las movilizaciones sindicales contra la
reducción del gasto público, ajustes de pensiones y otras demandas
han dejado cientos de detenidos y bloqueos generalizados, que han
afectado infraestructuras criticas como, aeropuertos, ferrocarriles,
transporte, generando alteraciones nacionales e internacionales.

La política francesa pasa por momentos de inestabilidad fortalecidos
por la caída del primer ministro François Bayrou, al perder una
moción de confianza sometida a la Asamblea Nacional el pasado 8 de
Septiembre, al ser rechazada por 364 votos y solo 194 a favor, lo que
demostró la debilidad del gobierno en el parlamento, lo que obligó al
funcionario a presentar su dimisión al presidente de la república.
La fragmentación parlamentaria ha hecho difícil la estabilidad del
gobierno, lo que está llevando la situación a un punto crítico y a un
gobierno sin mayoría operativa, frente a una oposición que reclama
elecciones anticipadas y la dimisión del presidente, lo que ha
rechazado el mandatario a pesar de que las encuestas señalan que un
64% de los franceses apoyan su salida de la presidencia.

Francia vive una gran encrucijada que requiere una gran capacidad
de concertación y dialogo que reconozca la diversidad política e
ideológica que enfrente la pérdida de confianza de la ciudadanía, la
parálisis institucional sin precedentes y el debilitamiento del liderazgo
presidencial, lo que representa síntomas de desgaste estructural del
modelo político europeo.

Francia entre la inestabilidad politica, la fragilidad financiera y la
fatiga democrática , se encuentra al borde de un gran abismo del
que debe salir demostrando que es capaz de gobernar, persuadir y
hacer reformas; mientras la política se limite a gestionar las crisis en
lugar de superarlas, la República francesa permanecerá al borde de

la ruptura y no sera un estado capaz de responder a las necesidades
de sus ciudadanos.