Por: Charlie Núñez | En el último trimestre de este año se debió dar inicio al décimo congreso ordinario del Partido de la Liberación Dominicana.
Desde el congreso constitutivo que llevó el nombre del Padre de la Patria, Juan Pablo Duarte, todos los congresos celebrados por el partido fundado por el líder, guía y presidente ad vitam Profesor Juan Bosch, han llevado el nombre de un ilustre dominicano militante de la organización.
Napier Diaz González, Nin Diplan, Jaime Vargas, Félix Servio Ducoudray y Miguel Soto, Juan Bosch, Rafael Kasse Acta y José Joaquín Bidó Medina, en ese orden son los nombres de los nueve congresos ordinarios celebrados hasta el momento, destacando que el cuarto congreso fue dedicado a dos dirigentes y que hubo otras dedicatorias de congresos electores como fueron los casos de Efraín Calderón y Gladys Gutiérrez.
En la reunión del lunes 27 de mayo, el Comité Político decidió adelantar la fecha de su próximo congreso, decisión amparada en la realidad del partido y salpicada por una demanda de parte de la dirigencia.
En dicha reunión se informó que Presidente y Secretario General no se presentarán para aspirar de nuevo a sus respectivas posiciones.
Desde antes de la reunión se ha estado planteando el nombre de Reinado Pared Pérez para ser designado el décimo congreso, es algo que se ve caer de la mata, sin embargo tengo algunas observaciones que hacer.
Soy partidario de que se adelante como se decidió, la fecha de inicio de dicho congreso, pero no veo la necesidad de sancochar el mismo terminándolo de manera acelerada, “congreso express” como lo definieron, la figura y magnitud de Reinaldo merece algo más que un congreso al vapor.
El congreso “Reinaldo” debe hacer una evaluación profunda, no del resultado electoral del 2024, sino de por qué los dominicanos le han dado la espalda a la organización política, después de haber conducido los destinos del país con éxitos incuestionables.
Como han planteado algunos, posiblemente no sea hora de buscar culpables, pero existen distintos tipos de culpas, algunas hijas del infantilismo, otras hijas de la maldad, nosotros no somos jueces para decidir castigos ni perdones pero si tenemos el poder de sancionar quienes por maldad contribuyeron a esta situación.
Aunque es tema de otra entrega, es evidente que una manipulación de los adversarios, combinada con acciones reprochables, no del partido, pero sí de gobiernos nuestros, que nos hemos negado a reconocer y de las cuales no hemos asumido una defensa a la altura de las circunstancias, han provocado un cuestionamiento de la sociedad, no generacional, sino ético y moral que el congreso “Reinaldo” debe dejar superado.
El congreso “Reinaldo” no puede generar ruidos ni conflictos, por tanto, debe definirse bien quienes tendrán el derecho al voto en cada instancia a elegir y que esa elección se haga con libertad absoluta.
El congreso “Reinaldo” debe dejar un padrón depurado y una estructura a nivel de las altas direcciones numérica y meritoriamente sustentables, que nos permita alzar vuelo y retomar la confianza, la fe y el cariño que logramos día a día, hombro con hombro con los más desposeídos y las fuerzas vivas de la nación.
Por Reinaldo, debemos hacer las cosas bien hechas y para hacerlas bien, no se puede hacer de prisa, Reinaldo merece un congreso, que no se apellide “express”.