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Por: Osiris Mota | El año 2025 nos encuentra con un nuevo marco conceptual definido durante el recién finalizado Congreso X Reinaldo Pared Pérez, donde una gran parte de la militancia reconoció la necesidad de que el PLD asumiera los cambios necesarios para volver a ser una opción real de poder, tras la división interna y la derrota en las pasadas elecciones.
Sin embargo, considero que no realizamos una evaluación adecuada de nuestro desempeño en el gobierno ni de la actuación del partido como organización frente a los acontecimientos que marcaron nuestra historia reciente. Esto nos ha dejado sin una referencia clara para diseñar una nueva misión y visión política que conecte con las demandas de la sociedad. Seguimos cargando con temores y resentimientos que nos impiden cuestionar las cúpulas dominantes, responsables en gran medida de esos hechos.
A pesar de ello, el Congreso nos proporcionó una oportunidad para renovar la dirección y las estrategias del partido. Elegimos nuevas autoridades, aunque en muchos casos persisten los vicios del pasado. Sin embargo, mantenemos firme nuestra decisión de revitalizar el PLD y recuperar la fuerza necesaria para competir con éxito en las próximas elecciones.
El reto principal ahora es cómo reconquistar la confianza de la ciudadanía. ¿Cómo lograr que vuelvan a vernos como una esperanza? ¿Cómo acercarnos a sus intereses y aspiraciones para que caminen junto a nosotros hacia la conquista del poder? Este desafío no lo superaremos haciendo lo mismo.
La ciudadanía que confió en nosotros en los años noventa y en la década siguiente no es la misma de hoy. El mundo ha cambiado, y nosotros debemos asumir esa realidad. Necesitamos transformarnos sin perder nuestra esencia ni los principios que nos unen en torno a un proyecto colectivo que nos impulse nuevamente hacia la toma del poder.
No podemos seguir agrupándonos alrededor de líderes o grupos individualistas sin propuestas claras de bienestar e inclusión social. No hay espacio para liderazgos mediocres que perpetúan prácticas políticas oportunistas y de corto plazo.
Este nuevo año exige que asumamos las decisiones del Congreso con responsabilidad, fortaleciendo la institución, reactivando los organismos de base y priorizando la formación de líderes. Es fundamental renovar nuestra identidad política para que el PLD recupere su brillo y su capacidad de movilización social. Solo así estaremos en posición de liderar los cambios necesarios para alcanzar un desarrollo integral e inclusivo.